viernes, 26 de junio de 2015

¿TEOLOGIA, UN CURSO MÁS?



¿TEOLOGIA UN CURSO MÁS?

Después de a ver llevado el curso  de Teología durante 4 meses aproximadamente. Me preguntaba ¿si este curso me ayudo?  O ¿si género en mi ciertas dudas? Uno al empezar el semestre tiene muchas expectativas y ello no fue la excepción con este curso. Pensé en líneas generales que el curso, por un lado, podría traer cierta complejidad por el contexto universitario, y por el otro lado, pensé en que no sería tan compleja. Lo cierto es que al iniciar tenía muy en claro en que me  sustentaba, esa era  mi Fe, la convicción de lo que creí, lo creo y lo que seguiré creyendo.

Puedo decir ahora, con sinceridad, que el curso no fue fácil, no fue lo que yo pensé que sería, pero ayudo a conocer y fortalecer en cierta medida mi fe. Tuvo sus momentos complejos, de mucho análisis y de reflexión. Por un lado, varios de nosotros sabemos que Jesús nació en Israel, pero  ¿lo entendíamos en ese contexto? Jesús fue  un judío que como todos en su tiempo estudio los libros sagrados de su pueblo, el Pentateuco (1), en el que se encontraba la base de su origen, de sus leyes, de su identidad.  El pueblo de Israel, como lo interpretamos, es el pueblo “escogido” por Dios, no obstante este pueblo durante su proceso histórico fue olvidando a su creador por lo que  sufrieron el “olvido” de aquel. Pero recordando Dios el pacto hecho a su hijo Abraham no olvido a su pueblo sino que  mostro MISERICORDIA  para con ella; ya que envió a sus profetas para anunciarles su propia rebelión y  su PERDON. De ahí, se ha de preparar el camino de la Revelación que como bien lo sabemos se materializo con la llegada de JESÚS, con su mensaje, que evidencia el acercamiento de la humanidad al Padre, a Dios.

Por otro lado, durante las clases hemos tocado temas o mejor dichos conceptos nunca antes vistos, por lo menos yo  no los había estudiado, como por ejemplo la pre-existencia de Jesús  o la Economía Trinitaria- entendida como la manifestación de Dios a través de la historia como creador, salvador y Espíritu Santo. Todos estos conceptos, surgieron en una  etapa de la iglesia en la que se empezó a institucionalizarse por lo que  fue necesario establecer  sus principios o dogmas. Estos primeros años de la Iglesia, se caracterizan  por  dejar de lado la persona de Jesús y poner más énfasis en los términos metafísicos. Los  teólogos  han nombrado este lapso del tiempo, Siglos III-XIX,  de la Iglesia como la Teología descendente.  
Con el transcurso del tiempo, los teólogos se dieron cuenta  de que la Iglesia había separado la divinidad de la humanidad de Jesús, por lo que  intentaron volver a la  humanidad de Jesús, se empezó a ver a un Jesús Histórico respaldado con estudios antropológicos, sociológicos, entre otros. Este tiempo en el que también nos encontramos es la teología Ascendente.

Finalmente, podemos ver que la persona de Jesús estuvo desde el inicio hasta el final de las clases; ello por muchas razones, entre ellas por es Jesús la manifestación viva de Dios, su muestra de Amor y Misericordia, Jesús  es la revelación de Dios, mediante él podemos ver su sufrimiento, porque Dios es quien muere en la cruz. Y es este hecho, el de la Cruz, la causa fundamental de la fe. Todo creyente, ya sea católico o protestante, se caracteriza por esto último, por tener fe - Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1)- y es ello lo que nos hace considerarnos como hijos de Dios, como parte de su Iglesia. Jesús fue consecuente y coherente con su mensaje, su mensaje fue su propia vida, muerte y resurrección,  y es ello lo que lo lleva a la muerte. Por lo tanto, si decimos ser cristiano reproduzcamos el mensaje de Jesús, El Reino de Dios, ello mediante un saludo, una muestra de solidaridad, en general pensar en el otro así como el Hijo de Dios y Dios mismo pensó en ti y en mí, en nosotros.




1-    Contiene los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, asimismo está contenido en el Torá, libro sagrado de los israelitas.

Bibliografía
Apuntes hechos en clases

Diapositivas del Profesor

viernes, 19 de junio de 2015

JESÚS HISTÓRICO


“…el teólogo no puede tratar ya de Jesucristo apoyándose simplemente en los enunciados de fe dogmáticos de la Iglesia, (…) tiene que remitirse obligatoriamente a los relatos evangélicos. (….)…” (Joseph Moingt). Por muchos años e inclusive siglos la tradición nos ha enseñado a percibir a Jesús desde el dogmatismo, sustentadas en la fe. A partir del giro antropológico de la edad moderna se desencadena una nueva  perspectiva acerca de Jesús, uno más humano, en otras palabras nos acercamos a una Jesús Histórico, más cercano al contexto social, político y económico del mundo judío del siglo I.

A partir del siglo de la luces muchos intelectuales, liberados de la autoridad de la iglesia,   someterán a examen  toda cuestión religiosa e inclusive la propia divinidad e historicidad de Jesús. Ello en un principio no fue permitido e inclusive llego a ser tomado como una muestra de herejía, como sucedió en un principio con los planteamientos de Aristóteles. Ahora bien, desde este momento, siglo de las luces,  se  intentara recuperar al  Jesús  histórico liberándole del dogmatismo eclesial. Con este fin se formaran movimientos y escuelas, como la escuela liberal- movimiento teológica principalmente protestante que se desarrolló en Alemania cerca del siglo XIX- que “tenía como objetivo liberar la imagen de Jesús de las alteraciones del Kerigma de la iglesia primitiva y los dogmas cristológicos que le habían aportado” (Melero, p. 117). Asimismo, algunos  como Schweitzer y Bultmann, muestran sus escepticismos con la idea de volver a un Jesús histórico e inclusive lo darán como un fracaso. En el siglo XX, a partir de 1980 se percibe una nueva etapa en el estudio de la historicidad de Jesús, distinta a las anteriores. Ello debido a los siguientes factores principalmente:

§  “Los descubrimientos de Qumrán y la publicación de sus documentos…
§  El conocimiento de la literatura apócrifa tanto judía como cristiana,…
§  Las excavaciones arqueológicas en Palestina, sobre todo las realizadas en Jerusalén a partir de 1968 y las que han tenido lugar en Galilea...
§  También ha sido muy importante el recurso a las ciencias sociales, concretamente a la sociología y a la antropología cultural.
§  La aportación de autores judíos y, en general, el diálogo con el judaísmo.”

Todas estas observaciones se relacionan también con la forma de búsqueda del  Jesús Histórico. Existen tres búsquedas, es decir, medios por el cual podemos llegar encontrar Jesús humanizado. La primera  búsqueda de una “vida de Jesús”, esto a partir del estudio de los evangelios canónicos con el objetivo de indagar sobre las comunidades judías antes que la biografía de Jesús. La segunda búsqueda dada  en 1950, consiste en la distinción entre el el "Jesús histórico" y el “Jesús real” desencadenando la ruptura de Jesús con el Judaísmo. La tercera búsqueda pone a Jesús en el contexto religioso, social y político del judaísmo, se da un regreso de Jesús a su origen Judío. Con esta última se da por termina el debate de la continuidad o ruptura de Jesús en relación con el medio social e ideológico de origen. Asimismo a través de los estudios realizados de la historicidad de los escritos sagrados, se puede admitir con mayor seguridad dos hechos como históricos. Uno el que Jesús haya sido bautizado por Juan el bautista y el segundo que haya sido crucificado por mandato de Poncio Pilato. Muchos teólogos en la actualidad nos presentan en sus escritos a un Jesús histórico, otros muestran la confluencia entre la fe y la historicidad de Jesús. Uno del primer grupo es Pagola, quien a través de su obra “Jesús, Aproximación Histórica” nos relata el aspecto social y religioso, espiritual e histórico, personal y social, liberador y piadoso en la vida de Jesús.

El estudio sobre el Jesús Histórico es un tema  que se estudia y debate en la actualidad. Asimismo no solo es estudiado desde el punto teológico sino también desde el ámbito antropológico, sociológico, etc. Finalmente es un tema que compete a todo creyente dado que en este “nuevo” Jesús nos acerca más a nuestra cultura.



Bibliografía
Aguirre, R.. (1996). Aproximación actual al Jesús de la Historia. España: Universidad de Deusto .

Melero, J. (1997). Del Jesús Histórico al Cristo de la Fe a través de los Evangelios. Recuperado: file:///C:/Users/windows/Downloads/Dialnet-DelJesusHistoricoAlCristoDeLaFeATravesDeLosEvangel-2291840%20(2).pdf

jueves, 4 de junio de 2015

TEOLOGIA DESCENDENTE Y TEOLOGIA ASCENDENTE

Dentro de la teología cristiana existe una rama que se denomina cristología. Ella consiste, en líneas generales, en el estudio de la persona de Jesús de Nazaret.  La cristología posee diversas líneas u aproximaciones. Dentro de ellas se encuentran la teología descendente y la teología ascendente. “En ambos casos se marca una dirección: De arriba abajo y de abajo arriba” (Armendáriz, p.1). En una se tiene en cuenta la divinidad de Jesús dejando de lado su naturaleza  humana y por otro lado se tome en cuenta su lado humano  De ninguna manera se trata de cuestionarlas ni menos de enfrentarlas; por el contrario trataremos de ver la complementación de ambas en la vida del creyente.

En la primera aproximación, observamos el enfoque cristológico descendente, que tuvo su supremacía desde el S. III hasta S. XVIII, donde se observa el olvido de la humanidad de Jesús y se resalta su divinidad. Se observa a Jesús como alguien ajeno que viene a nosotros. Durante los primeros años de formación de la iglesia muchos teólogos y conocedores de las escrituras sagradas empezaron a cuestionarse, a reflexiona sobre la existencia y naturaleza de Jesús es por eso que muchos realizaran estudios para alcanzar las respuestas a estos cuestionamientos. En la búsqueda de la “verdad” muchos intérpretes serán llamados “herejes” por desviarse de los dogmas establecidos por la iglesia naciente; asimismo, por unir los pensamientos seculares, como el griego,  con pensamientos cristianos con el fin de consolidar sus ideas. Este es el caso del presbítero de Alejandría, Arrio, quien empieza a cuestionar la naturaleza de Jesús e intenta resolverlo tomando ideas platónicas. Es por ello, que en el siglo IV el emperador Constantino convoca al primer concilio ecuménico, el concilio de Nicea, donde se establecieron definitivamente los dogmas de la iglesia católica y se esclareció la naturaleza de Jesús. Tras el concilio en Nicea se da base a la doctrina trinitaria y se afirma la unidad de ella, es decir, se entiende  divinidad como unidad. Ello será imprescindible para el desarrollo de la teología descendente. Según Armendáriz “la cristología descendente arranca de la realidad de Dios y de su condición trinitaria. Es justamente la segunda persona la que se encarna. La cristología descendente presupone, pues, la existencia previa de ese mismo que nace como hombre entre los hombres” (p.2). Asimismo, se entiende a Jesús como el Logos-termino griego que se usa para designar el conocimiento, razón, orden- para explicar la existencia de Jesús en términos transcendentales. En general la teología descendente aquella donde olvidamos la naturaleza humana de Jesucristo y nos centramos en su divinidad, y en esa perspectiva, lo vemos tan lejos e inalcanzable, a causa de nuestra propia condición de humano y de pecador.

Por otro lado, la teología ascendente se da a la inversa, según Armendáriz “parte de Jesús, para remontarse desde él a su condición de Cristo”(p.5)  la cristología ascendente nos refiere al regreso  de la imagen de un Jesús divino a uno más humano, se destaca la humanidad de Jesús. Este cambio de perspectiva se dio a raíz del nuevo pensamiento moderno donde se pone en valor al hombre, se da un giro antropológico; asimismo ellos conlleva a desarrollar un nuevo enfoque del evangelio (en el siglo XIX). Cabe señalar, el punto de partida de esta nueva aproximación, la cual se  puede resumir en tres niveles, según  Armendáriz. El primero, El Jesús del Nuevo Testamento (N.T.), consiste en dejar de ver a Jesús según los dogmas establecidos, y empezar a estudiarlo desde la perspectiva del Nuevo Testamento. El segundo, El Jesús de la historia, se propicia a raíz del nuevo testamento donde se diferencia  el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, ello nos permite establecer otra forma de hacer  cristología ascendente: esta ya no partirá desde el Jesús del NT, sino del Jesús de la historia subyacente a él. El tercero, El hombre que pregunta por Jesús, ella nos refiere la posición moderna de la cristología. Este  intento de cristología ascendente destaca el principio fundamental de la modernidad: el antropocentrismo. La cristología moderna recoge el reto de esa inversión del pensamiento: arranca del hombre Jesús, para redescubrir no sólo al Cristo de la fe, sino a Dios. Por otro lado, según Armendáriz  logro de la cristología ascendente a través de la reproducción de  los evangelios. Es establecer el Reino de los cielos aquí en la tierra como ya Jesús lo hizo en tiempo atrás. Asimismo, la cristología nos invita no solo a la teoría sino también, y en más medida, en la praxis. Mediante ella nos invita al seguimiento de Jesús.
 

  
En conclusión, no podemos afirmar que una cristología es mejor que la otra, ni mucho menos que una es imprescindible de la otra, por el contrario ambas se complementa. Digamos que la cristología descendente es necesaria para desarrollar la cristología ascendente. Ambas tratan como de descubrir a la misma persona, lo mejor que podemos hacer es tomar los dos acercamientos.  En otras palabras, una Cristología ascendente tratara de enfatizar la naturaleza humana de Jesucristo mientras que la Cristología descendente tratara de enfatizar la naturaleza divina de Jesucristo.   Por lo tanto, necesitamos de las dos aproximaciones.





Bibliografia:
Armendariz L.(--)Quien es Cristo y como acceder hoy a Él. Recuperado:http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol33/129/129_armendariz.pdf

martes, 19 de mayo de 2015

¿Cuáles fueron los motivos de la muerte de Jesús?

Siguiendo con las clases de teología me llamo mucho la atención  una diapositiva de los materiales audiovisuales de “La Teología de  la Cristología” que trataba sobre cómo entender la muerte de Jesús en la relación con sus enseñanzas y su modo de proceder. Estas cuestiones despertaron cierta  curiosidad en mí. De la misma manera conversando con una amiga salió  a la luz el tema de la muerte de Jesús y de esta platica  surgieron nuevas ideas, causas  que enmarcaron la muerte del Hijo de Dios. En las siguientes líneas describiré las causas que condujeron a la muerte de Jesús viéndolo desde una perspectiva religiosa y político- social.

La  imagen de Jesús, según Pagola, tuvo un gran impacto en las personas de su alrededor, a través de los rasgos que lo caracterizaron, rasgos como humildad, filantropía, amor, misericordia, etc. Al mismo tiempo  resaltaba  la esencia de su mensaje “la buena noticia” y el acercamiento que tuvo hacia  las personas excluidas y marginas del sistema imperialista romano; de modo que  despertó la atracción de algunos y la hostilidad en otros. Y es en este último grupo donde se encuentran  sus verdaderos acusadores.

Dentro de este sistema, coexisten características religiosas y políticas- sociales, entre otras, pero son estas dos, en última instancia, las causantes de la muerte de Jesús. Por un lado, como lo dice Aguirre, los principales enemigos de Jesús fueron las autoridades, sobre todo las sacerdotales. Los fariseos y los saduceos fueron quienes se opusieron a sus enseñanzas, quienes se valieron de todos los medios para arrestarle y de esa manera impedir la propagación de su mensaje; ya que,  vieron en Jesús  una amenaza para sus fines económicos y  de estatus de autoridad religiosa. Asimismo Jesús, según Aguirre, busco  la renovación de su propio pueblo y, con ello la  reincorporación de los excluidos y marginados, y es esto lo que en parte desagrada a los sacerdotes debido a que miraban en estas personas a seres  inferiores a ellos, el otro diferenciado, y en consecuencia jamás se hubieran imaginado hablar con una prostituta o comer en la misma mesa junto a un recaudador de impuestos.

Por otro lado, los otros factores que sumaron a la muerte de Jesús fueron los políticos-sociales. Como bien lo sabemos, Jesús vivió en Jerusalén, provincia de Palestina, perteneciente  al Imperio Romano desde el siglo anterior antes de Cristo. Palestina, como provincia, ocupo un lugar importante en el imperio pues se encontraba entre Siria, puerta de acceso a Asia Menor, y Egipto, almacén de graneros más grandes de su época. Y Desde luego que controlar esta provincia era de suma importancia para los fines económicos, sociales y políticos de los romanos. Es por ello, que  cualquier manifestación de un grupo o persona que iba en contra del sistema- de clases sociales, pago de tributos, etc.- era considerada como un revolucionario, por lo cual tenían debían de poner  orden a los posibles levantamientos. Visto desde esa perspectiva,  Jesús era considerado por los romanos como un revolucionario, como uno que estaba fuera del sistema, que mediante su modo de vivir, su estilo de vida, y el mensaje del Reino de Dios que traía fue dando  esperanza de un lugar más justo y lleno paz lo cual no pudo desarrollar el imperio romano; más bien, todo lo contrario  por ejemplo grababan en tributos y más tributos, según Pagola, e inclusive las autoridades romanas lograban apoderarse de las tierras de los judíos mediante la falta de impuestos, y es por ellos que muchos empezaron a empobrecerse y vivir en condiciones precarias.

Como hemos podido  observar, Jesús no “encajaba” en la sociedad, ni para las autoridades religiosas judías ni para las romanas. Jesús mediante su modo de vivir, reflejando el mismo el Reino de Dios, con sencillez y dignidad, con sentido y esperanza fue lo que el sistema no soporto y por ende tuvo que salir el que menos “poder político” tenia. Y es que como Jesús vivió es que murió, pues fue consecuente con su accionar; de modo que, quien lo mata es el sistema.  




BIBLIOGRAFÍA

Aguirre R. Aproximación actual al Jesús de la Historia.p.10.
Pagola J. Jesús: Aproximación histórica. 4-8.

viernes, 10 de abril de 2015

JESUS: ACTOR PRINCIPAL



Muchos de nosotros estamos en el curso de Teología para obtener los 3 créditos curriculares y así seguir pasando al siguiente semestre. Tal vez habrá alguno, no lo sé, que si abiertamente le preguntasen si tuviera la posibilidad de dejar el curso, su respuesta podría ser afirmativa. Asimismo, se presentan otras interrogantes como en qué nos beneficiaría el curso. Muchos de los cursos que hemos llevado en primer año nos han servido para afianzar conocimientos previos como por ejemplo el curso de Matemática  o el de Lengua pero muchos se preguntaran en que me ayuda a mí llevar un curso donde todo se centre en la persona de JESÚS.

Ello es comprensible ya que también a mí me ha pasado con otras asignaturas pero lo bueno de ello es que uno no es el misma persona que empieza el curso  y logra terminarla; como decía Heráclito  “nadie puede bañarse dos veces en el mismo río” por qué algo habrá cambiado desde la última vez que uno pudo introducirse en las “aguas”, y  para nosotros esas aguas es el curso, nadie podrá decir terminando el curso, creo yo, no ha pasado nada  conmigo y que se sienta  igual que antes de ingresar a clases porque el contexto cambia aun la información que almacenamos influirá en otras que ya teníamos.

Como este curso nos llevara a recordar y tener presente a JESÚS, creo yo, durante casi todo el semestre; es indispensable saber quién fue Jesús o que significa Jesús. Muchos dicen que fue un hombre más en la tierra, otros como los judíos creen que es un profeta más, otros,  que fue un predicador, y otros, los que somos creyentes, creemos que fue el hijo de Dios, “el verbo hecho hombre” (Juan 1: 1-18), la promesa de Jehová para con el pueblo de Israel.

Esta  promesa registrada en los libros del antiguo testamento como lo  dice (Génesis  49:10) cuando menciona “No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos”. Pero ¿en qué parte menciona al Mesías, nombre con el que se conoce al enviado de Dios? Ello se encuentra  en la parte que menciona a Siloh ya que este término significa el que da paz, descanso y es el mismo Jesús quien es  considerado como príncipe de paz, asimismo, él  dice a sus discípulos “estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz” (juan 16:33).


La promesa de un salvador, de un Mesías estaba hecha para el pueblo; y desde que fue hecha hasta que se hizo real pasaron muchos años en los cuales muchas personas que dudaron de la llegada de un elegido y otros tal vez desistieron de la idea de un salvador. Lo cierto es que llegado el tiempo de su aparición, el propio pueblo de Israel no lo recibió y por  el contrario lo rechazo y juzgo, así lo resume Juan 1:11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Y por lo que entendemos ellos aún siguen esperando al  Mesías, su salvador. Pero, ¿qué llevo al propio pueblo de Israel  a la duda y la incertidumbre?, las razones pueden ser varias, pero la que más me llama la atención es la que  dice que antes de que Jesús empiece su ministerio hubieron otros que se hicieron llamar los “mesías” e incluso varios de estos hombres formaron  grupos de levantamientos. Sin embargo, lo que paso con Jesús fue que muchos se sorprendieron de que él hubiera dicho que iba a morir pero  resucitaría al tercer día, afirmación que nunca se había mencionado en los otros que le antecedieron. Jesús dice esto porque realmente sabe  y tiene conciencia de quién es, Dios mismo. Porque si todo lo que dijo  hubiera sido falso no se hubiera cumplido la doctrina que él mismo predicaba, que ningún mentiroso entraría al reino de los cielos.